Dejamos en claro, que en este apartado y de aquí en adelante, nos referiremos a algunos casos característicos de esta diversidad áulica, sin que por ello se entienda que estamos “rotulando” a los sujetos ni que a los alumnos los podamos catalogar y encasillar en alguna de estas categorías, agotando en estas toda la riqueza de la situación áulica. Además dejamos en claro que los casos que mencionaremos, que son solo algunos seleccionados por su relevancia en relación a nuestra práctica docente, son imposibles de ser encontrados en la realidad en su estado puro, es casi seguro evidenciar yuxtaposición de rasgos de uno con los otros. No pretendemos desligarnos de la riqueza del otro, persona, con quien nos encontramos en el aula.
Para una mejor organización y presentación del contenido de este ítem, desde el análisis de distintas lecturas agrupamos en tres grandes características la diversidad áulica, según la aptitud, el interés y el perfil de aprendizaje, tal como propone C. Tomlinsone[1].
Cuando una tarea se adecua a la aptitud del alumno, este extiende su conocimiento, comprensión y destreza un poco más allá de lo que podría lograr en forma independiente, expulsándolo fuera de los temas que le resultan accesibles y de las habilidades que domina para luego ayudar a superar la brecha entre lo conocido y lo desconocido.
Bajo este primer grupo podemos encontrar alumnos que:
Ø TIENEN DIFICULTAD PARA COMUNICARSE Y/O INTER-RELACIONARSE: Presentan en algunos casos alteración en los procesos de comunicación, ya sea en la emisión o recepción de mensajes con los interlocutores. Se sitúan por lo general aislados de sus compañeros, sin intenciones de participar y trabajar. Existen también alumnos con dificultad para comunicarse en su manera de cooperar, ya que si bien participan activamente, no respetan a los demás integrantes áulicos.
Ø TALENTOSOS: Poseen excepcionales capacidades y destrezas, con un alto potencial para su desempeño en lo intelectual y creativo. Algunos disponen de una extraordinaria cantidad de información que pueden retener con facilidad y buenos niveles de desarrollo de los lenguajes. También cuentan con una capacidad avanzada para incorporar información utilizando procesos de pensamientos acelerados y flexibles. Se los puede considerar como los más destacados en las clases.
Ø BAJO RENDIMIENTO: Se los caracteriza por su notorio esfuerzo en aprender, pero no alcanzan las capacidades de los alumnos con proceso de aprendizajes básicos, ya que tienen un funcionamiento intelectual inferior al de sus compañeros, aunque en algunas circunstancias prefieren no realizar sus tareas en las clases y considerarse incapaces de ser como los demás. Presentan dificultad para responder a consignas, para resolver tareas, para organizar su trabajo y para organizar su tiempo. No logran alcanzar las expectativas que plantea el docente para el curso.
“La atención es un componente no negociable de le enseñanza y el aprendizaje. Dos motivaciones poderosas para prestar atención son el interés y la posibilidad de opción de los alumnos” (Bess, 1997; Brandt, 1998).
No todos los alumnos de una clase tienen los mismos intereses, lo cual tiene gran influencia a la hora de aprender, ya que si un sujeto tiene una chispa de curiosidad sobre un tema, es más probable que lo aprenda.
El contenido, el proceso y la producción de aprendizaje pueden diferenciarse según el interés de los alumnos, lo que lleva a los docentes a la necesidad de diferenciarlos, captar su atención por medio de distintas estrategias y de entusiasmarse sobre el tema a enseñar, porque al compartir su entusiasmo con la clase es muy probable que despierte similar interés.
En este segundo subgrupo podemos ubicar a los alumnos que presentan los siguientes procesos de aprendizaje caracterizados por:
Ø FALTA DE MOTIVACIÓN: Suelen aislarse de sus compañeros quienes están atentos en la hora de clase, realizando otras tareas, distintas a las solicitadas por su docente, las cuales son de sus intereses. Creen y a veces manifiestan que asistir al colegio no les sirve y en algunos casos lo realizan por obligación. En la actual etapa posmoderna, la sobresaturación de estímulos provenientes del medio asociada a otros fenómenos del “hombre light”[2], no es difícil constatar una generalizada falta de motivación en el aula, parecería que ya no hay nada que los asombre, nada que les interese, y menos en la lentitud monocromática de la pizarra.
Ø DIFERENCIAS IDEOLÓGICAS Y/O INTERESES: Es posible notar la presencia de adolescentes que, en proceso de forjar su propia identidad, adhieran a cierta religión, cierta filosofía de vida (aún vinculada a una banda de rock, por ejemplo) o simplemente se muestren interesados, y hasta veces comprometidos, en cuestiones diversas. Estos intereses pueden perdurar en el tiempo o esfumarse en el día a día, pero lo cierto es que si alguno se ve conmovido por ellos, será fuerte y apasionadamente conmovido, procurando el propio sujeto comprometer todo su ser e idear un proyecto de vida, que se asemeje lo más posible al modelo que le entusiasme.
Cada individuo busca su manera o forma de aprender mejor, es decir, cada alumno posee su perfil de aprendizaje. Todos los sujetos conocen y van incorporando durante su biografía escolar distintas formas de aprender que les resulten eficaces y otras que los frenan o entorpecen.
El estilo para aprender, los tipos de inteligencia, el género y la cultura de un alumno pueden inferir en su perfil de aprendizaje. El estilo de aprendizaje tiene que ver con factores ambientales o personales. La preferencia de inteligencia se refiere a las predisposiciones de origen cerebral que todos tenemos con el aprendizaje. La cultura también afecta el modo en que aprendemos, los sujetos presentan culturas particulares donde deban aprender de determinadas maneras. Igual a lo hablado anteriormente, hay patrones de aprendizajes en cada género, algunos suelen preferir aprendizajes competitivos, mientras que hay sujetos que se inclinan por la cooperación. También existen elementos determinados por la cultura que pueden ser influidos por el género, por ejemplo expresividad o reserva, orientación grupal o individual, pensamiento analítico, creativo o práctico, etc.
Las metas de la diferenciación según el perfil de aprendizaje son ayudar a los estudiantes a conocer formas de aprender que les den buen resultado y ofrecer esas opciones para que cada uno pueda encontrar la mas adecuada.
En esta tercer metacategoría podemos agrupar los alumnos que exhiban los siguientes procesos de aprendizajes:
Ø HIPERACTIVOS: Muestran altos niveles de actividad y se distraen con facilidad. Son alumnos que no pueden quedarse sentados, van de un lado a otro en el aula, deambulan y hablan constantemente y no es raro que interrumpen a los demás cuando están hablando. En algunos casos demandan excesivamente al profesor o a sus compañeros. En otros, se han habituado a no “molestar” al docente o adulto y se movilizan permanentemente pero pasando casi desapercibidos.
Ø AUSENTISMO PROLONGADO: Son las “caras nuevas” en las aulas. Presentan frecuentes y prolongadas inasistencia y consecuente inentendimiento de los temas, ya que no están presentes en el desarrollo de los mismos y además no se mantienen al día, completando sus carpetas por ejemplo.
Ø RITMO DE APRENDIZAJE LENTO: Su rendimiento escolar se encuentra por debajo del de sus compañeros, necesitan apoyo para mantener el ritmo de la enseñanza y algunas veces hacen que disminuya también el ritmo de sus compañeros, ya que los docentes cometen el error de planificar sus clases al nivel de los mismos. Al ser lentos a la hora de realizar sus trabajos, pierden el hilo de la clase, generándose en ellos distracción.
Ø REPITENCIA: Son los alumnos que ya cursaron anteriormente su nivel actual de escolaridad. En algunos casos, al conocer algunos de los temas que se desarrollan en la clase y al superar en edad al resto, aparecen con segura y marcada participación en la clase. Aunque otras veces prefieren comportarse como lo hacían el año que repitieron y mostrarse rebeldes para con la autoridad escolar. En general, en cursos de adolescentes se destacan por su edad mayor que la de sus compañeros y el consecuente desarrollo corporal más avanzado.
[1] Cfr. Tomlinson, Carol Ann. ESTRATEGIAS PARA TRABAFAR CON LA DIVERSIDAD EN EL AULA. Ed. paidós. Bs. As., 2005.
[2] Rojas, E. EL HOMBRE LIGHT. Editorial Planeta. Buenos Aires, 1995.
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